Este fin de semana se celebraba la XXV edición Marcha Carche Arabí (modalidad andando), una marcha de 45 kms de recorrido que transcurre por algunos de los montes más emblemáticos de Yecla. Esta marcha se realiza gracias al esfuerzo del Centro Excursionista de Yecla (CEY) y sus voluntarios que durante varios días se involucran en las tareas de preparación, logística y desarrollo de la marcha.
Paralela a esta prueba, se viene celebrando en los últimos años una carrera no competitiva en la que tuve el placer de participar. Se trata de la III Trail Carche Arabí (modalidad corriendo), carrera de 52 kms que transcurre aproximadamente por el mismo recorrido que la Marcha, iniciando el descenso del Carche y finalmente, ascendiendo y descendiendo en el último tramo el Monte Arabí. Era la primera trail que realizaba con la equipación del Club de Fondistas de Yecla.
A las 7h del día 17-octubre-2015, salíamos de Yecla en varios coches hasta llegar prácticamente a la cumbre del Carche a las 8h. En los primeros minutos comenzamos a observar la hilera multicolor de los participantes que descendían andando del Carche, mientras esperábamos los corredores el paso de éstos unos 500 m más debajo de dicha cumbre.
Una vez pasaron todos, pusimos rumbo hacia la cumbre, donde se encuentra el Refugio del Carche. Desde allí se apreciaba unas magníficas vistas del amanecer.
Dado el viento y frío que reinaba en la cima, nos quedamos dentro del refugio mientras terminábamos de preparar mochilas y ropa para la salida.
Foto de rigor a las 8h55’ y salida a las 9h en punto. Solo 14 corredores estábamos en línea de salida, casi todos conocidos y con buena sintonía y relación (yo estoy a la derecha de la foto con el cortavientos amarillo).
Comenzamos a descender por las sendas y pistas del Carche a un ritmo importante. Ya sabéis, la gente que no tiene miedo en las bajadas, vuela en este tipo de descensos. Durante la bajada ya se rompe la carrera y se forman 3 grupos bien diferenciados. El grupo de cabeza lo conformamos 6 corredores. Aquí ya comienzo a vislumbrar mi posible posición en meta, así como quien la va a ganar. Por supuesto pueden pasar muchas cosas, por lo que lo que yo intuya puede ser bastante alejado de la realidad.
Antes de que los integrantes de la Marcha lleguen a las faldas del Carche, donde hay un pequeño avituallamiento líquido, los corredores los hemos sobrepasado. Gracias por tanto a todos ellos que nos cedieron el paso amablemente. Llegamos los 6 corredores al avituallamiento con unos metros de distancia, pero hay 3 que ya quieren romper definitivamente la carrera.
Yo estoy en este punto más preocupado por poner en marcha el track en el GPS que de avituallarme (a la derecha de color verde y negro) pues aún no había bebido de mi mochila. En la salida, al poner en marcha el GPS, descubrí que las pilas estaban descargadas (primer gran error), así que no pude ponerlo en marcha. La salida se daba en unos segundos y no me daba tiempo a cambiarlas. En este punto aprovecho también para quitarme el cortavientos, pues ya comenzaba a hacer un poco de calor.
Los corredores de cabeza parecen frenarse y se vuelve a reorganizar el grupo. Así seguimos durante unos kms pero enseguida se marchan de nuevo en unos repechos. Me quedo junto a un corredor, Salva, y corremos algunos kms juntos, hasta que en el km 8 aproximadamente aparecen los corredores de cabeza en una recta a una distancia que entendemos que es posible alcanzarlos o por lo menos, ir reduciendo la distancia. Al cabo de unos kms, paran los 3 de cabeza a orinar, así que los pillamos y mantenemos el grupo unido unos 3-4 kms más.
Es en este punto, cruzada la Ctra. Del Ardal, cuando dos de los corredores más fuertes, Medina y Javi, mantienen el ritmo en un llano aparente pero que “pica” bastante. Acabamos de cruzar la futura y tan prometida autovía que unirá Yecla al resto del mundo.El resto tratamos de seguirlos, pero nos vamos quedando por el camino.
Llega un momento en que soy el último del grupo, sexto, y descolgado de todos los demás. No es posible ver a ningún corredor.
Al llegar al avituallamiento pasado la sierra del Buey en el km 21, mi track me indica que debo continuar por la carretera asfaltada unos cientos de metros, pero los organizadores me indican que el track no es correcto, pues llevo el track del recorrido de la Marcha del año pasado, mientras que el de la carrera en este punto es ligeramente distinto. Como no tengo referencias visuales del resto de corredores, me indica la organización que no importa, que siga el track que me indica mi GPS dada esa ligera diferencia (2º error). Pongo marcha entonces hacia la Sierra de los Picarios.
Durante 6 kms continúo hasta cruzar la carretera de Jumilla, y comienzo el ascenso a los Picarios. En el alto, alcanzo el punto de avituallamiento (km 30) donde encuentro a 3 corredores, dos que abandonan y Fernando. Los otros 2 de cabeza ya habían pasado hacía minutos por allí. Enseguida llega otro corredor que también abandona en este punto, Salva. Los tres corredores que abandonan no lo hacen porque no puedan seguir, sino porque lo tenían previsto así de antemano. Al parecer tienen otros compromisos en breve y no querían forzar demasiado.
Fernando me pregunta si dispongo de GPS (el corredor de blanco), pues aunque él ha realizado la prueba en otras ocasiones, tiene dudas acerca del recorrido en algunos puntos. Decidimos unir fuerzas, aunque es evidente que él está más fuerte que yo, y además es de los que le gusta apretar bajando.
Iniciamos la bajada a la búsqueda del siguiente avituallamiento, que se encuentra a más de 10 kms, cerca de la carretera de Fuenteálamo. Vamos alternando entre correr y andar, pues ya comienzan a pesar las piernas. Vamos conociéndonos un poco durante el recorrido y concretamos que él se marchase en cuanto quisiese (estaba claro que iba mejor que yo), así que a la llegada a la Casa de Don Lucio, al comienzo del camino que nos llevará al Arabí, decidimos que ese punto sería el de su marcha. Le aviso que seguramente yo no ascienda y descienda el Arabí, más por miedo a la bajada (tenía ya los cuádriceps muy cargados y doloridos) que a la subida, sin embargo, me anima a hacerlo incluso junto a él.
Llegamos a la Casa Don Lucio y ahí nos despedimos, él se marcha hacia adelante. Vamos ascendiendo por el camino, pero sin perderlo de vista, unos 150-200 m de distancia es lo que nos separa, y trato de mantenerla. A falta de 1 km para la llegada al avituallamiento del Arabí, en la explanada hasta donde pueden subir los coches, me adelanta un coche que viene animándome. Se trata de mi familia, mi mujer y mis hijos, yo no puedo correr en ese tramo pues es de ascenso, pero trato de llegar cuanto antes para verlos.
Llego al avituallamiento y allí están, mi familia, Medina (el primer corredor que ya había terminado) y Fernando (tercero), que me habrá sacado algo más de un minuto.
Pido a mi familia una gorra, que siempre llevamos en el coche, pero no teníamos, solo un gorro “mimeta”. Me ha dado tanto el sol en mi despejada cabeza (menos mal que me puse protector solar), que estaba dispuesto a ponérmelo.
Le informo a Fernando que voy a subir el Arabí aunque estoy en muy malas condiciones. Me dice de subir juntos, pero le digo que no, no quiero ser un lastre. Como mi track terminaba en este punto, abro un track nuevo para subir y bajar del Arabí. Aunque conozco la zona, había buscado en los días previos un track que subiera y bajara de forma circular.
Veo que mi compañero aborda el ascenso por la parte izquierda pero yo ya había pensado días atrás de hacerlo por la derecha y bajar por la izquierda. Veo también a lo lejos que Javi (el 2º clasificado) bajaba por el lado izquierdo, cruzándose con Fernando que inicia el ascenso. Me entran las dudas si es que está previsto subir y bajar por el mismo flanco, pero sigo mi track previsto (4º error).
Tras 2 kms y en la Cueva de la Horadada, ya veo que me he equivocado, que el recorrido éste conlleva trepar algunas rocas. El suelo es de roca y está señalado con algunas pintadas amarillas, y cada vez más complicado (1 km en más de 15 min, dos kms en más de 12 min, y otro en más de 10, no auguraban nada bueno). Decido completarlo por este lado y no volverme deshaciendo mi camino, pues serían varios kilómetros más. Mis cuádriceps ya no responden y me doy cuenta que desde que salí del avituallamiento no he vuelto a beber ni una sola gota de agua. Finalmente vislumbro la cumbre, donde encontraré el punto geodésico, pero no tengo ni dea cómo voy a llegar a él, no hay senda, las pintadas en el suelo han desaparecido, así que debo seguir ciegamente el track.
A falta de 300 m, encuentro una senda que me lleva al punto geodésico. Esperaba hacer una foto, pero mi cuerpo ya no me lo pedía, lo único que quería era bajar y terminar la prueba. En este punto, la organización había dispuesto a una persona para anotar el tiempo de paso. Al verme se sorprendió de verme llegar por ese lado.
Me despido de él y me dejo caer por el otro lado (por donde debería haber subido), donde todo es senda rota y en malas condiciones, pero se agradece tras el ascenso tan accidentado.
A falta de 200 m, encuentro a mis hijos jugando y les digo que ya no paro a darles un abrazo, que vayan a meta por favor. Mi mujer esperaba verme pasar por la Casa del Guarda, así que no me vio pasar. Llego al final tras 6h29’ de recorrido. El error del ascenso me ha costado más de 25-30 minutos. Satisfecho con la posición, 4º en la general, pero insatisfecho por esos 25 minutos que podría haber resto al tiempo final, aunque no habría cambiado mi puesto en la general.
Mis piernas estaban rotas por completo, cuádriceps y gemelos estaban tan endurecidos y rígidos que apenas podía andar.
Aquí dejo el recorrido realizado durante la prueba. Esperemos repetir próximos años.
Autor: Sergio Martínez
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