Con la nueva era digital, junto a las enormes oportunidades que brinda a las empresas se presentan nuevos desafíos y uno de los más importantes está relacionado con la gestión de la información.
A la hora de abordar la gestión de los datos, uno de los principales activos de toda organización, hemos de afrontar el problema de la fragmentación de los datos que se encuentran en silos a través de toda la empresa.
Si bien la fragmentación de los datos siempre ha sido un problema, éste se ha agravado con los cambios que ha traído la era digital con la popularización de la nube, tecnologías de Big Data y un uso masivo de aplicaciones.
Ya sea en entornos locales convencionales o relacionados con el procesamiento de grandes datos, en el cloud o en sistemas híbridos, remediar esta fragmentación es un imperativo si queremos contar con una única versión de la verdad que ayude a impulsar el negocio.
Dentro de una arquitectura de integración de datos, la gestión de datos maestros es una de las actuaciones fundamentales que deben llevarse a cabo para lograr una entrega eficiente de los mismos en toda la empresa.
Aunque lo cierto es que sacar el máximo partido de los datos requiere de una visión más amplia, que afecta a toda la organización. No en vano, una empresa centrada en los datos necesita un enfoque data driven que se apoya en pilares como el buen gobierno de datos, una cultura organizacional afín y soluciones tecnológicas apropiadas.
Datos de calidad, claves para el negocio
La integración de datos facilita unos datos precisos y coherentes que ofrecen una única versión de la realidad, facilitando su acceso sin errores a los usuarios que los precisen.
A su vez, la integración posibilita administrarlos de un modo estratégico para el logro de un mayor rendimiento y competitividad. Al margen de situaciones puntuales en las que nos interese cruzarla con información externa sin llegar a integrarla, la integración es el único modo de evitar pagar un alto precio por la fragmentación de los datos.
Habida cuenta del volumen y variedad de los datos, mejorar la inteligencia de negocio exige ir más allá de una integración de aplicaciones. Solo la integración de los datos nos permite crear una visión precisa y consistente de los mismos para aprovecharlos a nivel operativo, en la gestión de procesos y también de cara a tomar mejores decisiones de negocio.
Los proyectos de integración suelen efectuarse mediante procesos de ETL diseñados a partir de reglas fijadas según las necesidades y filosofía del negocio. Con ello logramos un mayor control de la información, tan necesario para conseguir una óptima gestión al servicio de los objetivos de la empresa.
Sometidos a procesos de calidad y coherencia, los datos heterogéneos que se encuentran en silos dispares se convierten en datos fiables. Es así como conseguimos una integración de la información capaz de proporcionar una clara ventaja estratégica .
Tanto a la hora de trabajar con ellos en el día a día como en la toma de decisiones estratégicas la arquitectura de integración debe garantizar datos accesibles, -incluyendo el real time-, coherentes, de calidad, además de ser auditables y seguros a lo largo de todo el proceso.
Es así como convertimos los datos en un activo estratégico para la organización. Obtener esa ventaja competitiva supone, entre otras ventajas clave, costos más bajos, el aumento de la productividad y la agilidad, la reducción del riesgo y, en definitiva, la satisfacción de las demandas del negocio relativas a los datos aportando información oportuna, relevante y confiable.
Fuente: Colaboración Powerdata