Hace un par de semanas me llamaba un cliente con gran urgencia para acometer un nuevo proyecto. Nuestra principal y más importante línea de negocio es la venta, consultoría e implantación de ERP de carácter sectorial (muebles, descanso, tapizado…). Sin embargo, se complementa con otras líneas, algunas muy importantes como sistemas y otras de menor relevancia como la venta de páginas web y comercio electrónico.
Si bien los proyectos relacionados con los ERP los abordamos en diferentes niveles de dificultad, otros tipos de proyectos nos generan más dudas en cuanto a su acometimiento. No es una cuestión económica, sino de capacidad y necesidad de recursos (o dispersión y pérdida de foco). Digamos que en este caso nos interesan solo proyectos pequeños y ágiles, desestimando los que requieren una elevada fuerza de desarrollo.
Este cliente, como decía, nos pedía realizar un proyecto relativamente complejo pero encuadrado en esa línea secundaria de negocio y en contraposición a nuestro objetivo de proyecto liviano y ágil. Ese proyecto, si bien considero que disponemos de personal perfectamente cualificado, requeriría unos plazos y una dificultad del que tratamos de huir habitualmente.
En la primera conversación, viendo los plazos que manejaban para el proyecto, lo rechacé de inmediato. Además, entendía que era un proyecto que exigiría mucho mantenimiento futuro y sabía de buena tinta que el cliente tenía contacto con otras empresas técnicamente más cualificadas (o por lo menos con más recursos) que nosotros. Unas horas más tarde el cliente me volvía a llamar para solicitarme nuestra ayuda. Él deseaba que fuéramos nosotros quien lo hiciéramos por una cuestión estratégica de futuro (no puedo dar más pistas), así que me insistía en retomar el tema, hablar de precio y negociar plazos.
Finalmente, tras varias respuestas negativas al cliente y el estudio con la dirección de mi empresa del proyecto, pesó más la responsabilidad de servir al cliente frente a la dificultad y el alejamiento de nuestro modelo de negocio.
¿Y vosotros? ¿Qué habríais hecho?
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Habría hecho lo mismo que vosotros. El «jefe» es el cliente y quien manda, pero no hay que olvidarse que los accionistas son los dueños de la Empresa y tenemos que vigilar que siempre tengan réditos. Luego está el carácter de fidelizar clientes. Para decidir los humanos simplificamos las cosas, pero generalmente siempre hay una gama de grises entre el blanco y negro. Si me pongo en tu lugar, repito, habría hecho lo mismo. Creo que habéis mirado al futuro con el cliente.
Buen tema, a mi me ha pasado lo mismo y si veo que dicho cliente me va a traer mas problemas que beneficios simplemente no lo atiendo ni pagandome una fortuna (ya es algo netamente profesional y no economico), para atender a un cliente debo setirme comodo con dicho proyecto y dicho cliente, prefiero tener 50 proyectos pequeños y agilez que 1 grande que me tome todo el mes….Saludos desde Venezuela.
Buen tema, a mi me ha pasadao lo mismo y si veo que dicho cliente me va a traer mas problemas que beneficios simplemente no lo atiendo ni pagandome una fortuna (ya es algo netamente profesional y no economico), para atender a un cliente debo setirme comodo con dicho proyecto y dicho cliente….Saludos desde Venezuela.