Este artículo tenía por título en sus inicios ‘Los 7 pecados capitales de su ERP‘. Se trataba de realizar una analogía entre los considerados vicios de la religión y moral cristiana frente a los de la mayoría de los ERP existentes en el mercado. Siempre he pensado que la moral cristiana (y otras también, por supuesto) se centran demasiado en el pecado, culpa, castigo y redención, en vez de realizar un tratamiento más desde la perspectiva de la virtud. Y es por ello por lo que finalmente el artículo terminó teniendo por título ‘Las 7 virtudes capitales de su ERP‘.
He de decir que no es un artículo que pretenda hablar de religión y mucho menos entrar en polémicas sobre ella, pero sí que podamos establecer una analogía, entre ambos conceptos dan distantes.
Veamos cuales son las 7 virtudes (en contraposición de los pecados) que debería cumplir su ERP para considerarse eficiente y adecuado a sus necesidades .
- Diligencia (vs pereza). Entendido como el cuidado en realizar algo, se entiende la capacidad de su ERP para realizar procesos y operaciones de una forma ágil y rápida. De nada nos servirán procesos muy complejos y tediosos que aporten poco valor al usuario. Deberá ser capaz de realizar los procesos, sobre todo los más habituales, de una forma casi desatendida, de tal forma que no requiera tiempos de espera y por tanto provean un alto rendimiento de éstos. Imaginemos una empresa que realiza cargas de una forma muy ágil y en ocasiones no programadas. En este caso, el ERP habrá de ser ágil y que no suponga para el usuario una carga importante de trabajo y/o tiempo.
- Templanza (vs gula). Entendido como la moderación en el consumo de recursos. He visto verdaderas barbaridades en empresas cuyos servidores duplicaban y triplicaban el precio del ERP, por no decir los terminales necesarios para manejarlo. El ERP es una aplicación más, que no requiere que consuma todos los recursos, y en ocasiones los desarrolladores obvian (obviamos, me incluyo) esta circunstancia. En una ocasión me comentaba un cliente que al entrar a realizar un pedido de compra, tardaba alrededor de 5 minutos en acceder a ésta, con el consiguiente bloqueo no solo de la aplicación, sino del PC completo. La cuestión ni siquiera era el «peso» del formulario, sino que el analista de la aplicación pensó que éste era el punto y momento adecuado para recalcular precios de inventario. Evidentemente existen multitud de formas de realizar estos mismos procesos sin dilatar la tarea al usuario (jobs, triggers de base de datos, demonios que se puedan lanzar periódicamente desde el S.O., etc.).
- Generosidad (vs avaricia). Puede entenderse como la empatía hacia los demás. Si el analista, diseñador y desarrollador no se han puesto en la piel del usuario, difícilmente el ERP será funcional y operativo. Esto suele pasar en muchas ocasiones. Pensemos que ni todos los usuarios son suficientemente expertos, ni requieren de cursos avanzados, ni se les debe exigir que tengan que realizar 10 pasos para realizar un proceso sencillo que podría realizarse en 3.
- Humildad (vs soberbia). Hay que tener la suficiente visión como para entender que no todo lo que hace nuestro ERP se hace de la mejor forma posible. Siempre hay que estar dispuesto a «espiar» a la competencia o a atender la petición de un cliente «raro», lo que seguramente nos aportará ideas de mejora para nuestro sistema de información. De hecho, la mejor forma de avanzar es con la competencia, porque con ella, los productos mejoran continuamente.
- Paciencia (vs ira). Entendida como la NO pérdida de control de situaciones adversas. Todo ERP y toda implantación sufre reveses, por lo que tener un equipo de profesionales que respalden toda la vida útil del ERP es imprescindible. Desde errores del desarrollador hasta errores de los usuarios, su ERP debe poseer ese respaldo de profesionales que en un momento dado sean capaces de regenerar o reconstruir la información en la forma adecuada. Como responsable de una empresa de desarrollo e implantación, a veces he tomado la decisión de realizar procesos muy costosos para regenerar inventarios, costes, tesorerías, etc. En ocasiones esos procesos, como decía, han sido fallos del ERP o la implantación, la cual lógicamente debíamos asumir, pero otras, siendo errores de usuario y que no tendríamos el porqué asumirlos, hemos decidido atenderlo por el coste y tiempo que suponía para los usuarios.
- Caridad (vs envidia). Entendido como la ayuda desinteresada como mencionábamos sin esperar nada a cambio. Todos sabemos que en este mundo el agradecimiento nunca va a estar de nuestro lado, así que si no lo esperas, mejor.
- Castidad (vs lujuria). El uso abusivo de herramientas ajenas al ERP para completar los procesos es muy habitual en ciertos sistemas informáticos. Todos conocemos el excesivo «amor» de ciertos usuarios por herramientas ofimáticas, de tal forma que si fuera por algunos, todos los reportes del sistema deberían ser directamente hojas de cálculo Excel. Finalmente, el ERP se convierte únicamente en un repositorio de información, y toda ella es tratada externamente. Esto, aparte de no ser operativo en el día a día, hace de alguna forma imprescindible a algunos usuarios en su labor diaria.
En otra ocasión enumeraremos otras virtudes NO tan capitales de su ERP, pero muy importantes para ser lo suficientemente funcional y operativo. En este caso, no tendrán que ver con nada de religión. Pero eso será en un siguiente capítulo.
Os invito a participar en los comentarios.
Autor: Sergio Martínez
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Buen artículo Sergio. La vida misma.
Muchas gracias Alejandro.
Sr. Martínez, me ha gustado mucho su analogía con la religión, algo forzada quizás pero que sirve de muy buen modo para analizar desde otra perspectiva el mundo del ERP en la empresa.
Sugiero que para otra ocasión lo enfoque desde el punto de vista de los 10 mandamientos:
p.ej.: Amarás a tu ERP sobre todos los demás…., No hablarás mal de tu informático en vano…., Santificarás a tu programador….., je, je…
Lo dicho, un buen artículo enfocado de una forma original.
Saludos
Buena idea Juan sobre lo de los 10 mandamientos. Lo tengo en cuenta.
En cuanto a forzado, acepto la crítica. Muchas gracias.